Un equipo, diseñado y construido por emprendedores peruanos además protege al operario y evita daños al medio ambiente
Si uno lee el siguiente mensaje: “pintaremos las oficinas y los mobiliarios”, inmediatamente pensará que se vienen días de descanso. Pero esto ya no sucederá más con la cabina móvil y hermética, la cual reduce el tiempo de pintado, acabado y minimiza el riesgo de contaminación de las personas que laboran en áreas aledañas.
“Esta cabina se usa para el acabado en pinturas de poliuretano o polyster, y tiene dispositivos de controles manuales de iluminación, curado y tratamiento de aire, lo cual evita que la nube tóxica de partículas de pintura llegue a contaminar el entorno”, explicó Miguel Rubio Falla, gerente de producción de la empresa Rubney S.A.C.
Hasta hace poco esta empresa le tomaba días realizar este tipo de trabajo, pero había que buscar una solución innovadora. Fue así que se diseñó y construyó una cabina desmontable y adaptable a distintas medidas, razón por la cual las horas de labores se han reducido drásticamente en más del 50%.
Con la cabina se ha eliminado los reprocesos que permite “entregar trabajos de calidad en menor tiempo”, lo cual les permite asumir mayor número de contratos, refirió. Y de acuerdo al informe del proyecto, con el área de trabajo aislado, se ha reducido la disipación de gases tóxicos.
TRABAJO TRIPARTITO
Para el desarrollo de esta cabina, que demandó un presupuesto de más de 390 mil nuevos soles, la mencionada empresa tuvo el apoyo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el cofinanciamiento del Fondo de Investigación y Desarrollo para la Competitividad (Innóvate Perú-Fidecom) del Ministerio de la Producción, el cual es administrado por el Fondo para la Innovación, Ciencia y Tecnología (FINCyT).
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